This is the Spanish translation of the article: “University of Illinois (UIC) College of Medicine Tops in Latino Physician Graduates” published in H.O. in July 2021.
Una encuesta realizada por la Asociación de Facultades de Medicina de EE.UU. en 2018-2019 reveló que de las cinco facultades de medicina con mayor número de estudiantes hispanos, tres se encuentran en Puerto Rico, una en el Caribe, y solo una en los Estados Unidos continentales. Esa es la Facultad de Medicina de la Universidad de Illinois (UIC), con campus en Chicago, Peoria, Rockford y Urbana.
“Nuestro objetivo”, explica Trevonne Thompson, decano asociado de Admisiones de la Facultad de Medicina de UIC y médico de emergencias, “es matricular estudiantes que no solo tengan éxito académico, sino que también aporten diferentes perspectivas y fortalezas más allá del ámbito académico, ya que eso beneficia a toda la facultad, a la profesión médica y a los pacientes”.
Según Thompson, esto forma parte de la misión de la facultad de medicina, porque “tiene la obligación de formar una fuerza laboral médica que responda a las necesidades de la población en general.” Las investigaciones indican que “contar con una fuerza laboral médica diversa ayuda a reducir las desigualdades en salud. Nosotros lo consideramos una atención culturalmente competente que beneficia a individuos de minorías subrepresentadas, incluidos los latinos, afroamericanos y nativos americanos”, señala.
De hecho, el programa de doctorado en medicina (MD) de UIC atrae a un 45 % de estudiantes blancos, 25 % asiáticos, 13 % hispanos, 8 % afroamericanos y 5 % multirraciales.
La Universidad de Illinois en Chicago, en su nivel de grado, también es una institución designada como HSI (Hispanic-Serving Institution), y esa conexión facilita que su facultad de medicina atraiga a estudiantes latinos. Además, el hospital universitario se encuentra junto a comunidades como Lower West Side, donde el 80 % de los residentes son latinos, lo que genera reconocimiento del nombre en esos vecindarios.
El plan de estudios de la facultad de medicina es riguroso y exigente, y los estudiantes deben estar preparados académicamente para afrontarlo. Por ello, la admisión requiere buenas calificaciones y puntuaciones en los exámenes médicos, además de recomendaciones del profesorado. Pero Thompson afirma que aplican un enfoque “integral” en el proceso de admisión, y “se evalúa todo lo que el postulante aporta, incluidas sus experiencias de vida”. La admisión es más que una fórmula de promedios (GPA) y puntuaciones del MCAT (examen de admisión a la facultad de medicina).
“No creemos que solo un estudiante con promedio perfecto (un GPA 4.0) y en el percentil 99 del MCAT sea aceptable. Evaluamos al postulante en su totalidad y su trayectoria, considerando qué experimenta un estudiante de primera generación de origen inmigrante”, afirma Thompson. Por ejemplo, algunos estudiantes de primera generación tienen dificultades durante el primer año mientras se adaptan a la universidad, y luego sus calificaciones mejoran a medida que se estabilizan y entienden cómo funciona todo.
Crear una red de estudiantes diversos es clave para atraerlos. Thompson señala que el primer paso es “respaldar el compromiso con recursos reales”, lo cual incluye “asignar los fondos necesarios para desarrollar un plan, y luego contar con el personal adecuado para ejecutarlo y alcanzar la meta”. Eso implica visitar escuelas secundarias en comunidades diversas, ofrecer programas de enriquecimiento -que vayan más allá de la currícula, explicar qué se necesita para convertirse en médico y cómo será su vida, y brindar apoyo académico en materias STEM.
Por ello, la Facultad de Medicina de UIC tiene como misión atraer estudiantes de todos los orígenes y niveles de diversidad. Para lograrlo, “comunicamos activamente nuestra misión, visión y valores, e incluimos actividades de alcance intencionales dirigidas a públicos diversos, como instituciones HSI, la conferencia pre-médica anual de SUMMA (Alianza de Minorías en Medicina de la Universidad de Stanford) y LMSA (Asociación de Estudiantes de Medicina Latinos)”, comenta.
La conferencia SUMMA, explica Thompson, aborda una “amplia variedad de temas sobre estudiantes subrepresentados, mejores prácticas, y los desafíos que enfrentan. Es un buen espacio para dialogar con los estudiantes.”
LMSA, una organización nacional, se dedica a formar estudiantes latinos mediante la educación, el voluntariado y oportunidades de desarrollo profesional.
Además, el Centro de Excelencia Hispana de la Facultad de Medicina refuerza el reclutamiento y la retención de estudiantes y profesores latinos con el objetivo de brindar “una atención médica culturalmente competente”, indica Thompson. Su misión es “aumentar el número de postulantes latinos en carreras de salud y enriquecer su formación”, añade.
Crear un campus acogedor es fundamental no solo para atraer a estudiantes latinos y de otras minorías, sino también para que permanezcan. “Queremos asegurarnos de apoyarlos, que sepan que son bienvenidos al postular, y que serán evaluados de forma justa. No queremos solo tolerarlos, sino aceptarlos y ayudarlos a crecer”, enfatiza.
Un sentido de pertenencia y una comunidad sólida
La Facultad de Medicina de UIC también ofrece una amplia gama de servicios para estudiantes, que incluye apoyo académico y asesoramiento por parte de la facultad.
Cuando Susana Berrios estaba decidiendo a qué facultad de medicina asistir, varios amigos de la Universidad de California-Berkeley le dijeron que la de UIC era muy diversa y formaba a sus estudiantes para atender a poblaciones subrepresentadas. Eso le pareció ideal a Berrios, una hispana de 33 años criada en San Francisco y el área de la Bahía. Actualmente cursa su cuarto año en la Facultad de Medicina de UIC y se especializa en urología.
Con base en el campus de Chicago, trata a muchos pacientes de bajos ingresos o sin seguro médico, y esa es la población que más la motiva.
Estudiar en una facultad de medicina con un alto número de estudiantes latinos le ha facilitado sobrellevar el programa académico y las prácticas clínicas. “Ha creado un sentido de pertenencia y una comunidad fuerte. No me siento sola”, afirma Berrios.
Describe al Centro de Excelencia Hispana como “un hogar fuera de casa. Ahí hay personas que me respaldan y en quienes puedo apoyarme tanto emocional como académicamente”.
Involucrarse en diferentes vecindarios de una ciudad multicultural como Chicago la prepara para embarcarse en su carrera médica y su especialidad en urología. Le interesa la urología porque afecta aspectos fundamentales de la vida de los pacientes, como la incontinencia y la salud sexual. Espera integrarse a un programa de residencia en urología de alto nivel como el de la Universidad de Yale.
“Uno aprende haciendo, y eso ha mejorado mis habilidades clínicas y de comunicación”, afirma.
En definitiva, explica Trevonne Thompson, “las claves son tener un compromiso institucional real para reducir las desigualdades en salud, reconocer que formar una fuerza médica diversa es esencial para eliminar esas desigualdades, y fomentar un entorno de aprendizaje culturalmente competente”.