This is the Spanish translation of the article: “HSIs and eHSIs 101” published in H.O. in October, 2022.
Como ocurre con la jerga de cualquier otro sector de la economía estadounidense, la educación superior está llena de siglas.
HSI, eHSI, HBCU y MSI se mencionan casualmente en salas de juntas, conferencias, discursos, y publicaciones. Algunos actores, incluso aquellos en el nivel más bajo de la educación superior, no les prestan mayor atención a estas designaciones y desconocen sus orígenes, historia y los datos que los respaldan.
El Departamento de Educación de EE. UU. estableció los criterios para las Hispanic Serving Institutions (HSIs – Instituciones al Servicio de los Hispanos) a través de enmiendas de 1992 y 1998 a la Ley de Educación Superior de 1965, aunque la comunidad hispana ya había identificado una concentración de instituciones con una matrícula desproporcionada de hispanos desde los ‘80. La enmienda de 1998 define a las HSIs como universidades y colegios sin fines de lucro acreditados, públicos o privados, con una matrícula equivalente a de 25 % o más de estudiantes hispanos de tiempo completo.
Excelencia in Education, que promueve el éxito académico de los latinos, tiene la misión de concienciar a las instituciones que cumplen con los requisitos de HSI sobre su elegibilidad. “Generamos la lista y la compartimos con la Hispanic Association of Colleges and Universities (HACU). Llevamos 27 años rastreando la lista y los cambios”, afirma Deborah A. Santiago, cofundadora y directora ejecutiva de Excelencia in Education. Aunque no está contemplada en la legislación federal, la designación de emerging HSI (eHSI) es un concepto acuñado por Excelencia in Education. Las instituciones con esta designación tienen una matrícula hispana entre 15 % y 24,9 %. “Queríamos rastrear el crecimiento de potenciales HSIs”, señala Santiago. “Fue un enfoque para anticipar y prepararse mejor para el creciente número de instituciones basadas en la matrícula”.
Las instituciones que cumplen los criterios de matrícula y logran la designación HSI pueden solicitar fondos competitivos. Jinann Bitar, directora de análisis de datos e investigación en educación superior en Education Trust, que aboga por las minorías subrepresentadas, describe el proceso como “una píldora difícil de tragar” y agrega: “ahí es donde la equidad se desvía”. “Normalmente se necesitan equipos de personas para completar la solicitud. Te la rechazan por aspectos técnicos. Es un proceso muy meticuloso”, dice Bitar. Los datos muestran que las instituciones con altos niveles de asignaciones, fondos federales para investigación o patrimonios significativos obtienen estas subvenciones porque cuentan con personal suficiente para abordar el riguroso proceso de solicitud. Según HACU, actualmente existen 559 HSIs en EE. UU. y Puerto Rico, y 393 eHSIs.
Aunque las HSIs, eHSIs y los Historically Black Colleges and Universities (HBCUs – Universidades y Colegios Históricamente Negros) son Minority Serving Institutions (MSIs – Instituciones al Servicio de las Minorías), las HSIs y eHSIs no comparten la historia de los HBCUs. Los HBCUs se establecieron —algunos desde el siglo XIX— con la misión exclusiva de educar a los afroamericanos, quienes no eran bienvenidos en la mayoría de universidades estadounidenses. A diferencia de los HBCUs, las HSIs y eHSIs no se propusieron convertirse en instituciones con esa designación; más bien, son producto de su ubicación geográfica y del crecimiento orgánico de la población hispana en ciertas regiones y en el país en general. A diferencia de los HBCUs, las HSIs se definen por estadísticas de matrícula.
HSIs y eHSIs en cifras
Según HACU, las HSIs matriculan aproximadamente dos tercios de los 3,8 millones de estudiantes universitarios hispanos en la actualidad, y más afroamericanos (482,211) que todos los HBCUs combinados. En 2018, Education Trust descubrió que uno de cada siete estudiantes latinos en universidades públicas y privadas cursaban en una eHSI y que estas representaban aproximadamente una quinta parte de todos los títulos de grado obtenidos por latinos en 2014-15.
Education Trust analizó la tasa de graduación en carreras de grado en un período de seis años entre estudiantes latinos y blancos con niveles similares de preparación académica, calculando la diferencia promedio entre ambos grupos en HSIs, eHSIs y otras instituciones (ver gráfico 1). El organismo concluyó: “en universidades menos selectivas y moderadamente selectivas (donde las tasas de finalización para estudiantes latinos tienden a ser más bajas), las eHSIs suelen tener brechas menores en las tasas de graduación entre latinos y blancos que las instituciones con pocos latinos —lo que sugiere que una matrícula latina más alta en el campus puede conducir a resultados más equitativos”.
Estas brechas son más significativas en instituciones moderadamente selectivas (con SAT promedio entre 1010 y 1192), pero las diferencias en las eHSIs disminuyen en las instituciones más selectivas. “Me parece interesante que la brecha entre las eHSIs y otras instituciones sea en realidad menor que en las HSIs actuales”, comenta Bitar. Esto podría deberse, sugiere, a que las instituciones con designación HSI son en gran medida aquellas que tenían los recursos para (levar a cabo el proceso gubernamental y, por coincidencia, alcanzaron el umbral HSI. Bitar está ansiosa por estudiar las HSIs actuales para determinar cuáles aplican sus fondos a iniciativas de éxito estudiantil y cuáles los destinan a apoyos intencionales y específicos para estudiantes latinos. Dado que las eHSIs son instituciones con menos recursos, se ven obligadas a enfocarse en el crecimiento de sus poblaciones estudiantiles para seguir siendo competitivas. “Las HSIs que ya existen, las conocemos... Son instituciones de larga trayectoria y no creo que su interés en obtener la designación haya sido un esfuerzo comprometido e intencional hacia un apoyo específico a los estudiantes latinos”, dice Bitar.

(Reimpreso con permiso de The Education Trust)
Datos vs. Cultura
Los datos muestran que las MSIs, como las HSIs, eHSIs y HBCUs, son mejores (tienen mayor éxito?) en graduar estudiantes de minorías que las instituciones que no son MSIs. Cuando los investigadores comparan MSIs dentro del mismo sector de educación superior, encuentran que las MSIs gradúan a más minorías en general. Bitar llama a las MSIs, y en particular a las HSIs y eHSIs, potencias de equidad. “Matriculan, retienen y gradúan a más estudiantes latinos que sus contrapartes que no son MSI”, afirma Bitar.
Al considerar las tasas de graduación y las brechas, no se puede descartar la cultura de una institución como factor determinante. La Teoría de la Masa Crítica (Critical Mass Theory) sostiene que, una vez que un grupo alcanza cierto tamaño en una universidad, su presencia cambia la cultura, las normas y los valores en beneficio de ese grupo. Aunque los investigadores no coinciden en el punto exacto en que se alcanza la masa crítica, algunos argumentan que se ubica entre el 15 % y el 40 % del alumnado total. Según Santiago, la cultura institucional es sumamente importante. Cuando las instituciones son inclusivas y aprovechan las fortalezas de sus estudiantes en lugar de exigirles adaptarse a una estructura tradicional, los estudiantes tienden más a involucrarse en su aprendizaje y a sentir que pertenecen, dice Santiago.
Bitar y otros en educación superior encuentran interesante el corte del 25 % para HSI. “¿Qué diferencia hay entre una institución con 24 % y otra con 26 %? ¿Y acaso importa si está en Michigan o en San Antonio, Texas? ¿Eso afectaría la cultura?”, plantea Bitar. “Es la composición del alumnado lo que cambia la cultura del campus, no necesariamente la designación o si la escuela es una eHSI o una HSI”, agrega.
Dado que las designaciones HSI y eHSI dependen de la matrícula, entonces se convierten en una función demografía y de población regional, dice Bitar. “Eso plantea la pregunta: ¿los estudiantes latinos en estados donde no alcanzan masa crítica necesitan menos apoyo para superar la brecha de logros?”, cuestiona.
En los últimos años (hasta 2022, momento en que se escribió este artículo), las MSIs han recibido un renovado apoyo bipartidista de financiamiento, aunque aún siguen subfinanciadas. Bitar, sin embargo, se muestra optimista de que se destina más dinero a las HSIs. “La gente finalmente está lista para empezar a conversar. (Se preguntan) ‘¿qué son estas designaciones, funcionan, están incentivando los tipos de intervenciones que queremos ver para cerrar las brechas de finalización, matrícula y acceso?’ Nadie estaba teniendo esta conversación hace 10 años”, dice Bitar. “La gente no tenía idea de qué era una MSI. No sabían qué era una HSI. No era un lenguaje común”.